Cagliari, hacia los altares la muchacha de 24 años
Simona ha muerto en 1984, en su vida ha dado ejemplo de una santidad en el diario. El proceso cognitivo ha abierto la fase diocesana de la causa de beatificación
La pagina pagina 17 di 'Avvenire'
La Santidad no se niega a los jóvenes ni se reserva a religiosos, o consagrados. Lo demuestra la vida extraordinaria de Simona Tronci, muchacha muerta a 24 años, para la cual la Iglesia de Cagliari ha abierto ayer, con la toma de posesión de un apropiado "Tribunal", la causa de beatificación. "La Santidad es posible a todas las edades y en cada una de las condiciones de vida", ha comentado el administrador apostólico de Cagliari, Arzobispo Ottorino Pietro Alberti, durante la ceremonia de la abertura "del proceso cognitivo", que tendrá que recoger todos los testimonios orales y escritos sobre la vida y las obras de Simona.«De la lectura de los primeros documentos y de la biografía hay materia para un juicio de mérito positivo – ha afirmado el postulador de la causa de beatificación de Padre Pio de Pietrelcina, el capuchino Padre Paolino Rossi, que ha aceptado la misma asignación para la joven de Cagliari. Obviamente la palabra definitiva al término de la indagación diocesana».
Nacida el 13 de octubre de 1960, tercera de seis hijos, Simona condujo una vida normal: escuela, catecismo y deporte en su niñez y adolescencia; frecuentó con provecho el instituto clásico, terminándolo con puntuación de 55/60. Es juzgada por los profesores como una muchacha estudiosa, responsable t dotada de una vivaz inteligencia. A los 17 años se convierte en una de las principales animadoras del grupo "Primavera" de la "Renovación Carismática Católica", formado inicialmente sobre todo por jóvenes. Simona tiene también un novio sobre el cual en su diario escribe: "Hazme Señor, hacerle entender cuánto lo amo; háblale a su corazón para que lo sepa".
Un día, en 1983, mientras frecuentaba con éxito la Pontificia Facultad de Teología de Cerdeña (una de las primeras mujeres de la isla en dedicarse a los estudios de teología) hace irrupción la enfermedad: un tumor que en el paso de un año la consumió toda. "Siento que dentro de mí la vida se renueva – escribe en su diario – escucho un cierto coraje que me fortalece, una nueva fe que me consuela". Muere el 18 de abril de 1984, Miércoles Santo.
"El otro aspecto que golpea en Simona – agrega el Postulador, Padre Paolino Rossi – es su forma de vivir el sufrimiento. A pesar de la enfermedad, ha continuado a pensar en los demás, y ha demostrado amor al prójimo, hasta el punto de definir el sufrimiento ascensor para ir al paraíso. Por último, otra muestra importante de santidad es dejar detrás de sí trazas vocacionales. La vida de Simona – concluye Padre Rossi – ha generado varias vocaciones sacerdotales y religiosas.
Mario Girau, Avvenire, 19 de agosto de 2003