Enamorada de Jesús
Leer la historia de alguien que no se conoce personalmente, pero que hoy tendría, más o menos, mi misma edad, es una vuelta al pasado, un zambullido en la memoria de los dieciocho años, tanto más si se encuentra uno sumergido en esa historia, por manera de pensar y entender la vida.
La copertina del libro
La historia de Simona Tronci, demolida a sólo 23 años, en abril de 1984, de un tumor maligno que la dejó inmóvil, está toda en el nombre del libro a ella dedicado, por Clemente Pilloni: Enamoradísima de Jesús. Bastan estas simples palabras del autor para hablar de Simona: de su amor por la vida, de su disponibilidad hacia el prójimo, y en particular, hacia su grupo de oración; de su humildad, grande y generosa; del valor que daba a la amistad, verdadera y desinteresada. Y todavía, basta ese título para comprender su aceptación del dolor y de la enfermedad, que en el giro de pocos años, la ha marcado en el físico y fortificada en el espíritu.
Este pequeño libro incluye la vida de una cualquier chica adolescente que, en sus pocos años de existencia, ha hecho de la vida misma una búsqueda cotidiana de Dios. Amar al Señor y a Su Madre inmuebles, dar a Ellos gracias con las oraciones y las canciones, eran las principales preocupaciones de Simona. "Señor, ayúdame a entender el compromiso que Contigo he adquirido y entender aquello que Deseas de mí...".
El libro es rico de pensamientos y citaciones que Simona amaba recoger en un diario. Son buenos pensamientos, colmados de mucho amor para todo lo que el Señor ha creado, de hermoso y de feo.
"Solamente si pongo en Dios mi confianza, sólo si cada día me repito que si estoy en este hospital es porque Él lo ha permitido, y no me abandona. Si conservo en mi la alegría y la esperanza, la serenidad es porque creo que cualquier cosa suceda será por Su voluntad y Su gloria".
A 22 años Simona anotaba en su diario estas palabras. ¡No son palabras fáciles de decir o pensar a esa edad! Y sobre todo pertenecen a una muchacha que vivía una vida normalísima, hecha de escuela, amistades, deporte, un prometido.
A través del rezo Simona ha superado cada dificultad, ha vencido el miedo de la enfermedad y del dolor, ha dado el valor a sus parientes y amigos, para aceptar su sufrimiento. "...envía Tu Espíritu sobre mí para que nunca reniegue esta cruz".
Al término de la lectura de este libro, que el autor ha dosificado con sabiduría los extractos de vida vivida, no se puede más que quedarse deslumbrados de la humildad de la protagonista, de su deseo de hacerse pobre como Jesús, para amar al Señor con un amor puro, nada mejor que sus mismas palabras esclarecen este deseo: "...yo no sé amar, Señor, Tú me has enseñado a rezar, enséñame a amar con aquél amor que no te abandona ni un instante, con aquél nuevo amor del cual debe ser llena mi vida... O Dios, si te amase de verdad cuánto tendría miedo de la idea de darte un desplacer".
Credo que una grande enseñanza, para todos nosotros, viene a partir de la vida de Simona: amar y buscar a Dios en el diario.
Marcella Lallai, Voce Serafica della Sardegna, Noviembre-Diciembre de 1993
La copertina e la pagina 32 della rivista